¿Cómo prevenir la meniscopatía y mantener tus rodillas sanas?

La meniscopatía afecta a esas pequeñas piezas de cartílago en nuestras rodillas, necesarias para que podamos movernos sin dolor. Este problema puede surgir de desgastes naturales o lesiones repentinas, afectando a cualquier persona, desde atletas hasta quienes llevan un estilo de vida más sedentario. 

En este post, profundizaremos en las causas, los tratamientos y todo lo que aconsejan los expertos para cuidar mejor de tus rodillas.

¿Qué es la meniscopatía?

La meniscopatía se refiere a cualquier problema en los meniscos, esas dos piezas de cartílago con forma de media luna que se encuentran en nuestras rodillas. Piensa en los meniscos como los amortiguadores del coche, pero para tus rodillas. Su trabajo es proteger y estabilizar la rodilla, ayudando a que se mueva suavemente y sin problemas.

meniscopatia que es

Tipos de meniscopatía

Cuando hablamos de tipos de meniscopatía, nos referimos a las diferentes formas que pueden tomar las lesiones en los meniscos de la rodilla. Estos meniscos son como almohadillas de cartílago que amortiguan y estabilizan la articulación, haciendo posible que movamos la rodilla suavemente y sin dolor. Sin embargo, como cualquier otra parte de nuestro cuerpo, pueden lesionarse o desgastarse con el tiempo.

Desgarros o rupturas agudas y las lesiones degenerativas son las dos categorías principales de meniscopatía:

  • Desgarros o rupturas agudas: Este tipo ocurre típicamente en situaciones de movimiento brusco, como girar la rodilla mientras el pie está fijo en el suelo, especialmente en actividades deportivas. Imagínate torciendo la rodilla de manera repentina mientras corres o saltas.
  • Lesiones degenerativas: Son más habituales en personas de mayor edad, dado que, con el tiempo, el menisco pierde elasticidad y se debilita. Esto no significa que solo afecte a los mayores, pero sí que es común en quienes superan los 65 años.

Ahora bien, si profundizamos, encontramos distintos tipos de meniscopatía según la ubicación y características de la lesión:

  • Meniscopatía interna (o medial): Es la más frecuente y puede deberse tanto a causas traumáticas (desgarros longitudinales) como degenerativas (lesiones horizontales). Suele producirse por movimientos como giros bruscos con el pie fijo en el suelo.
  • Meniscopatía externa (o lateral): Aunque menos común, este tipo afecta al menisco externo de la rodilla y también puede ser degenerativa, como los quistes meniscales, o traumática.

Dentro de las roturas meniscales, las podemos clasificar aún más detalladamente:

  • Rotura vertical: Más común en jóvenes, se debe a desgarros a lo largo del menisco.
  • Rotura en asa de cubo: Provoca bloqueo de la rodilla en semiflexión y suele necesitar intervención rápida.
  • Rotura horizontal: Aparece más en adultos y se caracteriza por un corte a través del menisco.

Además de estas, existen otras afecciones meniscales como la parameniscitis, que es la inflamación alrededor de los meniscos, y los quistes meniscales, bolsas de líquido que se forman generalmente asociadas a fisuras en el menisco, más a menudo en el menisco externo.

Principales causas

Estas lesiones pueden variar desde inflamaciones hasta desgarros, y su origen se debe a diversas causas, siendo más comunes en personas que practican deportes o actividades que ponen mucha demanda en las rodillas. 

Estas son las principales causas de la meniscopatía:

  • Giros bruscos y movimientos de rotación de la rodilla: Actividades que implican cambios rápidos de dirección, como el fútbol o el tenis, pueden ejercer una presión excesiva sobre los meniscos.
  • Sobrecarga de ejercicio: Realizar actividades físicas intensas sin el descanso o preparación adecuada puede provocar lesiones meniscales debido a la fatiga de los tejidos.
  • Levantamiento abrupto de peso pesado: Alzar objetos pesados sin la técnica correcta puede causar que la rodilla no distribuya correctamente la carga, afectando los meniscos.
  • Traumatismos: Los golpes directos o caídas sobre la rodilla pueden dañar los meniscos.
  • Cambios degenerativos por la edad: Con el tiempo, los meniscos pueden desgastarse y secarse, haciéndolos más susceptibles a roturas incluso por movimientos cotidianos.

Entender el movimiento de la rodilla es clave para prevenir las meniscopatías. La rodilla no solo se flexiona y extiende, sino que también realiza pequeñas rotaciones que pueden ser críticas. Durante la flexión máxima, por ejemplo, los meniscos se comprimen y una extensión repentina puede provocar lesiones. Además, posiciones como la hiperextensión o rotaciones excesivas pueden aumentar el riesgo de daño.

Tratamiento de la meniscopatía

El tratamiento de la meniscopatía se centra en aliviar los síntomas y recuperar la función normal de la rodilla. Dependiendo de factores como el tipo de lesión, la edad del paciente y su nivel de actividad, se puede optar por tratamientos conservadores o quirúrgicos.

Para las lesiones menos graves, como la meniscopatía de grado 1 o lesiones en partes del menisco con buena irrigación sanguínea, el tratamiento suele ser conservador. Esto incluye reposo, aplicación de hielo para reducir la inflamación y el dolor, y fisioterapia para fortalecer la musculatura de la rodilla y mejorar su estabilidad. En casos de meniscopatía interna de grado 2, donde la lesión es más seria pero no completa, este enfoque también puede ser efectivo.

En lesiones más severas, como la meniscopatía de grado 3, donde hay un desgarro completo del menisco, podría considerarse el tratamiento quirúrgico. Hay dos opciones principales:

  • Meniscectomía parcial: Se retira solo la parte dañada del menisco, buscando conservar tanto tejido meniscal como sea posible. Este procedimiento es preferido por deportistas durante la temporada, ya que permite una recuperación rápida, usualmente entre 4 y 8 semanas.
  • Sutura meniscal: En lugar de retirar parte del menisco, los fragmentos se suturan. Esto mantiene la integridad del menisco y reduce el riesgo de artrosis futura. Es ideal para lesiones en la zona del menisco con aporte sanguíneo o en jóvenes deportistas. La recuperación aquí es más larga, pudiendo extenderse hasta 5-6 meses.

La osteopatía deportiva juega un papel importante en ambos enfoques, ya que ayudan a ajustar la articulación, trabajar la musculatura afectada y aplicar técnicas especializadas para aliviar el dolor y mejorar la movilidad. Técnicas avanzadas como la neuromodulación o la electroterapia pueden ser de gran ayuda.

Las tecnologías de rehabilitación, como el láser de alta potencia o las ondas de choque, complementan la terapia manual para acelerar la recuperación, mejorar la circulación y promover la regeneración de los tejidos dañados.

Para meniscopatías degenerativas, tecnologías como la Resonancia Magnética Terapéutica MBST ofrecen nuevas esperanzas, estimulando las células de los tejidos dañados para mejorar la calidad del cartílago y del tejido óseo.

FAQ

Ahora responderemos a algunas de las preguntas más importantes sobre las meniscopatías:

¿Cuándo se operará una meniscopatía?

En general, la cirugía se considera cuando otras opciones de tratamiento, como la fisioterapia, los medicamentos y los cambios en el estilo de vida, no han logrado aliviar los síntomas. Los principales criterios para considerar la operación incluyen:

  • Dolor persistente y limitación en la movilidad que afecta significativamente la calidad de vida del paciente.
  • Lesiones meniscales específicas, como desgarros complejos o aquellos que no tienen la capacidad de sanar por sí mismos debido a una mala circulación sanguínea en el área afectada.
  • Fracaso de los tratamientos conservadores, tras un período razonable de intentos de recuperación sin cirugía.
  • Presencia de síntomas incapacitantes, como bloqueos articulares o inestabilidad de la rodilla, que impiden realizar actividades cotidianas.

Diferencias entre la meniscopatía y la rotura

La meniscopatía se refiere a cualquier tipo de problema o enfermedad que afecte a los meniscos de la rodilla. Desde inflamaciones leves hasta desgastes por uso o edad, sin especificar la severidad o la naturaleza exacta del daño.

En contraste, la rotura de menisco es un tipo específico de meniscopatía. Implica un daño o desgarro físico en el tejido del menisco. 

¿Cuál es el tiempo de recuperación?

Para casos leves a moderados tratados de forma conservadora (reposo, fisioterapia, medicación antiinflamatoria), la recuperación puede durar entre 4 a 6 semanas. Durante este período, se busca aliviar el dolor y la inflamación, mientras se fortalece la rodilla para prevenir futuras lesiones.

En situaciones donde se requiere cirugía, como en el caso de roturas meniscales graves, el tiempo de recuperación se extiende. Después de una meniscectomía (eliminación parcial del menisco), los pacientes suelen volver a actividades ligeras dentro de las 2 a 3 semanas, pero la recuperación completa puede tomar de 4 a 6 semanas

Si se realiza una reparación meniscal, donde el menisco se sutura, el tiempo de recuperación es más largo, usualmente de 3 a 6 meses, ya que se necesita más tiempo para que el tejido meniscal sane adecuadamente.

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Conclusión

Las meniscopatías no solo afectan a deportistas o a la población de mayor edad, puede ser una realidad para cualquiera que, sin saberlo, ponga en riesgo la salud de sus rodillas mediante actividades cotidianas. De ahí la importancia de adoptar hábitos de vida saludables y mantener una vigilancia constante sobre nuestra movilidad.

Desde Denuevo, nuestra clínica de fisioterapia en Murcia, no solo nos dedicamos a tratar, sino también a educar y prevenir. ¿Preocupado por la salud de tus rodillas? Acércate a nosotros antes de que un pequeño malestar se convierta en un problema mayor. Te ayudamos a recuperarte y te enseñamos a proteger tus rodillas, para que puedas disfrutar de una vida plena y activa sin miedo a la meniscopatía.