Los esguinces de tobillo son una lesión causada por el sobre estiramiento de los ligamentos de la cara interna o externa del pie que conlleva una distensión, desgarro o rotura de estar bandas elásticas.
Los síntomas varían según la gravedad del esguince. Puedes notar:
- Dolor que impide que puedas caminar.
- Inflamación de la zona.
- Crujido, aunque no siempre seamos capaces de escucharlo.
- Disminución del rango de movimiento del tobillo.
- Hematomas.
- Inestabilidad.
Es un lesión muy frecuente, por lo que no debería de suponer un problema, pero acaba siéndolo, pues los facultativos se centran en inmovilizar el tobillo para retener y dejar que el cuerpo haga su función, pero esto sería incidir en un error de técnicas pasivas, olvidando la fisioterapia como medio para una correcta y pronta recuperación.
Los esguinces pueden ser provocados por caídas, malas pisadas, no calentar antes de un entrenamiento o incluso por el tipo de calzado que llevamos.
Se puede recuperar incluyendo un plan de tratamiento, como por ejemplo:
- Trabajo de fuerza.
- Ejercicios propioceptivos que le devuelven el control al tobillo.
- Reeducación de la marcha.
- Consejos para modificar todo aquello que pueda ocasionar otra nueva lesión.
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