Entre las vértebras de nuestra columna encontramos estructuras denominadas discos intervertebrales que tienen la función de amortiguar, estabilizar y a la vez permitir a la columna una gran variedad de movimientos. La parte interna del disco se denomina núcleo pulposo que se encuentra rodeada, en su exterior, por el llamado anillo fibroso.
La protrusión discal se define como aquella condición en la cual el núcleo pulposo se desplaza del centro del disco intervertebral hacia el anillo fibroso.
Sus causas son múltiples, aunque suelen aparecer por envejecimiento del disco intervertebral o incluso por un fuerte traumatismo directo en la columna vertebral.
Así mismo, la evidencia científica existente, destaca que falta de ejercicio físico y, a consecuencia, falta de fuerza en la musculatura de la espalda, así como obesidad y malos hábitos posturales, son factores que pueden facilitar la aparición de protrusiones.
Los síntomas pueden ser diferentes, variando de un dolor de espalda generalizado a un dolor mas especifico y/o irradiado a miembros superiores o inferiores (según el nivel afectado) o, incluso, en un alto porcentaje, no suelen dar dolor ni sintomatología.
La fisioterapia podrá ayudarte a aliviar el dolor, si presente, mediante terapia manual, ejercicio de movilidad, ejercicios de fortalecimiento de la musculatura de la columna vertebral, reeducación de los movimientos y consejos de higiene postural.
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